miércoles, 16 de noviembre de 2016

Calle Cordoba


Torre del campanario del patio de las abluciones
Sobre esta estrecha y breve vía que desemboca en la calle Lineros y arranca en la Plaza del Salvador se puede remarcar su espíritu cofrade, ya que aunque, rara vez desfila por ella durante la Semana Santa alguna cofradía; nos ofrece un enclave a otras calles muy transitadas por los Pasos y nos coloca en todo el meollo de la Semana Santa sevillana. Su perenne olor a incienso durante todo el año, como bien se detalla en el blog “Poder Macareno” nos recuerda su influjo capillita y además nos asoma al considerado por muchos como el Segundo Señor de Sevilla: el Señor de Pasión.



Destaca el acceso que dispone esta calzada sobre el Patio de los Naranjos del Salvador, donde nos daremos de bruces con la Fuente de las Abluciones que preside este espacio.

Muchos han sido los nombres con que se ha conocido esta calle, casi todos hacen referencia a los gremios que se han ido alojando en esta calzada a lo largo de los años.

Con la Reconquista, allá en el siglo XIII, se llamó Herreros por este gremio que disfrutaban de su propio hospital anexo, más tarde este desapareció y la calle se conocía como herreros viejos, o simplemente hierros viejos. En 1390 pasó a denominarse como el oficio que desempeñaban los vecinos de aquella vía a finales del siglo XIV: Buhónes o Buhoneros, que venían a ser lo que hoy serían vendedores ambulantes de quincalla, aunque está documentado que aquí vivió la familia Buhónes, y posteriormente derivó en Buhoneros. Otros nombres posteriores fueron el de Zapateros viejos, Faroleros y a finales de 1570 Alcauceros, denominación que reza expresamente en una losa que figura al final de la travesía.
Unos azulejos resaltan al lado de la Virgen que esta fue la antigua calle de los alcauceros
 
Recordemos que una alcuza no es más que una vasija de barro, de hojalata o de otros materiales, generalmente de forma cónica, en que se guarda el aceite para diversos usos, lo que hoy llamaríamos aceitera y vinagrera.
Esta cerámica dedicada a la Virgen del Rosario Coronada, Madre de Dios Soberana, se encuentra flanqueada por dos lámparas de pared, que se encargan que dicha imagen siempre está iluminada
Finalmente, el 22 de mayo de 1908, como reconocimiento del buen trato recibido por los grupos regionales de Sevilla en la visita a la ciudad hermana de la Mezquita, tal y como consta en un azulejo insertado en la base de la torre del patio de las abluciones, se propuso que se conociera por calle Córdoba.
Aquí se constata la buena hermandad que existe entre las dos ciudades vecinas

El acervo popular ha señalado por lo menos dos “milagros” en esta calzada: uno relacionado con el accidente que motivo un mozo, cayéndose desde la Torre del Almiral, pero amortiguando la caída con los árboles del patio, lo que le permitió caer de pie y salir de allí corriendo. Y otro, más inverosímil está fechado en 1863, cuando la epidemia de cólera- morbo dejo en Sevilla más de 6.000 cadáveres y en esta calzada sólo hubo un caso aislado, concretamente de un señor que se alojaba en la posada del Zapillo, por lo que no podía considerarse ciertamente vecino de esta calle.
 Hay constancia que en 1573, siendo ya la calle Alcauceros, se empedró esta travesía y toda la Plaza del Salvador, extendiéndose dicha mejora hasta la calle Carpinteros, más o menos lo que hoy sería Jovellanos.


Aproximadamente sería esta extensión, con la antigua calle de los carpinteros al fondo
Este espacio siempre se ha visto dotaba de un arraigado espíritu comercial: Efectos de cáñamo, coloniales, todo tipo de quincallas, obrador de hojalatería, tiendas de frutas, comestibles e incluso una famosa posada  han dado paso a zapaterías, sombrererías, tiendas de moda…


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